1. Dimensionamiento correcto:
- Antes de subir una imagen, asegúrate de que sus dimensiones sean las adecuadas para el espacio donde se mostrará. No subas una imagen de 3000px de ancho si solo se va a mostrar a 800px.
- Puedes redimensionar imágenes con software de edición (Photoshop, GIMP) o herramientas online gratuitas.
2. Compresión de imágenes:
- Sin pérdida (lossless): Reduce el tamaño del archivo sin afectar la calidad visual de la imagen.
- Con pérdida (lossy): Reduce aún más el tamaño, pero con una mínima (casi imperceptible) pérdida de calidad. Es ideal para la web.
- Herramientas online: Utiliza servicios como TinyPNG, Compressor.io o Squoosh.app para comprimir imágenes antes de subirlas a WordPress.
- Plugins de optimización de imágenes (automatización): Instala y activa plugins como Smush, ShortPixel o EWWW Image Optimizer. Estos pueden:
- Comprimir automáticamente las imágenes al subirlas.
- Optimizar las imágenes existentes en tu biblioteca de medios de forma masiva.
- Convertir imágenes a formatos más eficientes como WebP (que ofrece una compresión superior).
3. Formatos de imagen adecuados:
- Utiliza JPG para fotografías y la mayoría de las imágenes con muchos colores.
- Usa PNG para imágenes que requieran transparencias o gráficos con líneas nítidas.
- Considera seriamente el formato WebP si tu plugin o tema lo soporta. Ofrece una mejor compresión que JPG y PNG manteniendo una alta calidad.
4. Carga diferida (Lazy Load):
- Esta técnica retrasa la carga de las imágenes que no son visibles en la pantalla del usuario (las que están «debajo del desplazamiento»). Las imágenes solo se cargan cuando el usuario se desplaza hacia ellas.
- WordPress incluye lazy load de forma nativa desde la versión 5.5, pero muchos plugins de optimización lo mejoran.
Al implementar estas prácticas, reducirás drásticamente el peso de tus páginas, lo que se traducirá en un sitio más rápido y una mejor experiencia para tus usuarios.